Segundo ejemplo de texto en movimiento

miércoles, junio 22, 2005

NeCeSiTo Que Me aBRaCeS FueRTe....

.... :(



Este mes he aprendido a sobrevivir... me estoy haciendo fuerte...
...pero no he aprendido todavía a alejarme de la tristeza...

Hoy necesito... Que me abraces fuerte...
Sin excusas, sin palabras, Solo abrazos...
Que no tengas prisa... Que no me recuerdes
Que solo somos...La apariencia de este barro...

Hoy necesito... Que me abraces fuerte...
Por encima de los miedos y prejuicios...
Que alcances ya los huesos...y me despiertes lejos...
De esta torpe selva A fin de siglo....

Y no me preguntes...Que es lo que pasa...
No traigo heridas, tan solo que preciso...
Notarte bien dentro...sentirme en casa...
Saber que es muy cierto...Que estoy contigo...

Hoy necesito... Que me abraces fuerte...
Y que tu silencio traiga mucha calma...
Que la noche venga lenta...Como nieve...
Y nos halle enlazadas las espaldas...

Y no me preguntes...que es lo que pasa...
No traigo heridas, tan solo que preciso...
Notarte bien dentro... sentirme en casa...
Saber que es muy cierto...que estoy contigo....

Y no me preguntes...Que es lo que pasa...
No traigo heridas, tan solo que preciso...
Notarte bien dentro... Sentirme en casa....
Saber que es muy cierto...que estoy contigo...

Hoy necesito...que me abraces fuerte...
Por encima de los miedos y prejuicios...
Que alcances ya los huesos...y me despiertes lejos...
De esta torpe selva a fin de siglo...

(CóMPLiCeS - HoY NeCeSiTo...)

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dice...

Cuando Narciso murió, vinieron las Oréiadas –diosas del bosque- y vieron el lago transformado de un lago de agua dulce en un cántaro de lágrimas saladas.
-¿Por qué lloráis? –preguntaron las Oréiadas.
-Lloro por Narciso –respondió el lago.
-Oh, no nos extraña que lloréis por Narciso –prosiguieron diciendo ellas-. Al fin y al cabo, a pesar de que todas nosotras le perseguíamos siempre a través del bosque, vos erais el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
-Entonces, ¿era bello Narciso? –preguntó el lago.
-¿Quién sino vos podría saberlo? –respondieron, sorprendidas las Oréiadas-. Después de todo, era sobre vuestra orilla donde él se inclinaba todos los días.
El lago se quedó inmóvil unos instantes. Finalmente dijo:
-Lloro por Narciso, pero nunca me había dado cuenta de que Narciso fuese bello.
“Lloro por Narciso porque cada vez que él se recostaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, mi propia belleza reflejada.”

25 junio, 2005 16:54  

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